Biblioteca Popular José A. Guisasola






Si se acuerdan de Cenicienta, se acordarán también del hada que apareció para ayudarla aquella noche en que hubo baile en el palacio.

Bien.

El hada se llamaba Tomasa Tomasoli. Era regordeta, bastante enana, más parecida a un pan de leche que a un hada.

Lo que quiero contar es qué pasó en realidad esa noche en la cocina. Porque yo creo que la verdad debe saberse cueste lo que cueste y caiga quien caiga.

Hasta ese momento la historia es tal como ustedes la conocen: la madrastra había llevado a sus dos hijas al baile con la esperanza de que alguna enganchara al príncipe y a Cenicienta la dejaron sola en la casa con una pila de platos por lavar.
¡Una porquería lo que hicieron!

Cenicienta lloraba. Entre mocos, se miraba los harapos del color de una batata olvidada en las brasas. ¿Quién iba a abrirle las puertas del palacio si se presentaba con esa facha?

Entonces apareció Tomasa. De dónde vino, no se sabe. Cómo se enteró de lo que le pasaba a esta chica, tampoco se sabe.

—No llores, pequeñuela. Yo te ayudaré —le dijo. Se arremangó y se puso a buscar en la cocina los ingredientes para hacer su magia.


En la canasta de las cebollas encontró unos ratones. Los sacó al patio y allí los convirtió en seis hermosos caballos blancos con plumas en la cabeza.

Después descubrió a Helmut, el perro de la casa, que dormía abrazado a una escoba. Con un golpe de varita lo convirtió en un elegante cochero de librea y peluca.

Cenicienta no podía creer lo que veía. El perro y los ratones tampoco.

Tomasa sonrió satisfecha y continuó su obra.

En la puerta de la cocina descubrió al gato. Lo pescó justo en el momento en que se iba, con miedo de que esa trastornada lo convirtiera en olla o algo peor. Con el gato no fue tan fácil. Se resistió. Pero Tomasa lo sostuvo firme por la cola y con un pase de magia lo transformó en un lacayo trajeado de terciopelo y medias finas.

A continuación el hada tocó el vestido de Cenicienta. ¡Increíble! Los feos harapos se volvieron un vestido rosado, esponjoso, divino, de esos como para no pasar papelones en una fiesta.

A esa altura lo único que quedaba en la cocina en estado normal era un zapallo.

Cenicienta le señaló al hada el zapallo. Estaba ansiosa por ver cómo convertía esa simple hortaliza en una carroza dorada.

Pero el hada se rascó la cabeza con preocupación.


–¿Qué pasa? –dijo Cenicienta dulcemente–. Necesito una carroza, ¿no?

Tomasa se puso muy inquieta. Empezó a balbucear.

–Es que… yo…

–¿Yo qué, mi hada buena?

–¿Yo… ¿cómo te puedo explicar?

–¿Explicar qué?

Por fin el hada pudo decir algo:

–Yo, con el zapallo…sólo…

–¿Sólo qué?

–¡No me pongas nerviosa! Es que yo… Yo con el zapallo sólo se hacer…

–¡¿Hacer qué?!

–…dulce –confesó Tomasa.

Bien.

La verdad de la historia es que Cenicienta no fue al palacio real en carroza sino –digámoslo de una vez– a pata. (De nada sirvieron los caballos, el cochero ni el lacayo. Mejor hubiera dejado en paz a los pobres animales).

Y que el príncipe se enamoró de ella perdidamente porque –además de ser hermosa y buena y todo eso que ya saben– ella le contó que tenía manos de hada para preparar el dulce de zapallo.

Y que después de la caminata de ida y de los muchos bailes que bailó, y pensando en el largo trayecto de vuelta que la esperaba, dejó en la escalera el zapato que más le molestaba: el izquierdo.

El resto del cuento es como ustedes lo conocen.

Pero me parece que siempre es bueno aclarar cómo ocurrieron de verdad las cosas.



FIN



En: Barbanegra y los buñuelos
WOLF, Ema
Buenos Aires: Colihue, 1994.
Col. Libros del Malabarista



Reseña:
Pocos saben que hay piratas que viajan con su mamá; el tema es cuando estas amasan a bordo buñuelos durísimos; también hay otros cuentos donde salen a la luz los secretos de la torpe hada de Cenicienta o aparecen personajes históricos del Buenos Aires colonial. En medio de los cuentos, un intervalo teatral con un drama de misterio.

Índice:
Carta a los chicos …3
Barbanegra y los buñuelos …9
La cuestión del hada Tomasoli …21
El virrey Olaguer, y Feliú …29
Intervalo teatral.
Filipo, el extraviado …41

Las medias hermanas …51
Amor en el bosque …61
Bajo el sombrero de Juan …69


Carta a los chicos

Hice muchos esfuerzos en mi vida por convertirme en una persona capaz de organizar algo y creo que en este libro lo logré: de los cuentos que lo integran no hay uno solo que tenga algo que ver con el que le sigue, con el anterior y con ninguno de los otros. Ése era mi propósito, y vean si lo conseguí.

El primero trata de piratas y buñuelos; no tiene relación alguna con el segundo, que explica la verdadera historia de Cenicienta y su torpe hada madrina. A su vez nadie puede decir que haya puntos de contacto entre esta Cenicienta y el tercer cuento: un virrey acosado por una invasión de gatos. Luego sigue una obra de teatro en un solo acto que trata las desventuras de un señor que se ha extraviado a sí mismo. A continuación paso al problema de un par de medias separadas por un océano y de cómo le han tomado fastidio al agua, incluida la del lavarropas. ¿Qué mejor que saltar de inmediato a algo tan dispar como una historia de amor protagonizada por un alce canadiense? Para completar, cierro el libro con el cuento de un fabricante de sombreros.

Esto ha sido una auténtica hazaña. Espero que ustedes, mis lectores, sepan valorar el tiempo, sepan valorar el tiempo, el esmero y la tremenda disciplina que me demandó lograr un caos semejante.


Ema Wolf


SUENAPALABRA 1 ANTOLOGÍA CON MELODÍA
EDITORIAL PUERTO DE PALOS (NOVEDAD 2016)

IMPRENTA MAYÚSCULA

Visto y leído en:

"¿Conoces al gato Fernández? ¿Y al hada Tomasoli? Aquí te contaremos sobre ellos y muchos otros temas." Suena palabra 1 - Editorial Puerto de Palos S.A. Publicado por Celia Hidalgo Núñez, en DocPlayer
https://docplayer.es/57713863-Conoces-al-gato-fernandez-y-al-hada-tomasoli-aqui-te-contaremos-sobre-ellos-y-muchos-otros-temas.html

Wolf, Ema. Barbanegra y los buñuelos: edición especial para el Ministerio de Educación de la Nación. – 1a ed. – Buenos Aires: Colihue, 2013. Cargado en Scribd por Maribel Ríos.
https://es.scribd.com/document/373308500/Barbanegra-y-Los-Bunuelos

“La lectura abre las puertas del mundo que te atreves a imaginar"

"Argentina crece leyendo"


Garabatos sin © (Adaptación Plantillas Blogger) Ilustraciones: ©Alex DG ©Sofía Escamilla Sevilla©Ada Alkar

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